Muchos animales pueden resultar peligrosos para un cultivo al aire libre. En comparación con los insectos, las especies más grandes pueden destruir tus plantas rápidamente buscando alimento o refugio. Por eso es necesario conocer las opciones que tienes para prevenirlos. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para lidiar con estos invitados ocasionales.
Imagina que has pasado horas preparando un cultivo de exterior. Tus semillas germinaron y tus plantas crecen sanas y vigorosas, mientras la visión de hermosos cogollos se instala en tu mente. Pero un día te levantas y te enfrentas a un escenario totalmente diferente: tallos rotos, hojas que han desaparecido o medio mordidas, tierra removida… Solo hay una forma de explicarlo: ¡animales!
Si bien los insectos pueden ser destructivos, por lo general les lleva mucho tiempo causar daños graves. Pero la visita de animales más grandes puede devastar un cultivo en una sola noche, ya que muchas especies se sienten atraídas por las plantas de cannabis y, debido a su tamaño, pueden provocar daños irreparables.
La prevención es esencial y existen muchas maneras de proteger tus plantas de los animales. Por ejemplo, usando vallas de protección alrededor de un cultivo; o una cerca de alambre de gallinero individual para proteger las plantas. También la protección debe ir bajo tierra, resguardando las raíces de los animales que no puedes ver.
A veces se pueden utilizar trampas para atraparlos, para luego soltarlos en lugares donde no puedan hacer daño. Incluso se pueden emplear repelentes, como puede ser la orina de depredadores (que se puede comprar on-line), para ahuyentarlos.
Pregúntale a cualquiera que haya plantado en exterior y todos tendrán historias sobre animales que han destruido alguno de sus cultivos y las soluciones que han empleado. Estas son algunas de las opciones que tienes frente a los enemigos más comunes que encontrarás.
Puedes tener un lindo gatito que le guste pasearse por el cultivo, pero el problema viene cuando hace de él su baño personal. Su orina tiene una alta concentración de amoníaco: no es un fertilizante gratuito, sino una receta para quemar las raíces. También sus heces están llenas de bacterias que atraen insectos y roedores dañinos. Además, a veces, los gatos se sienten atraídos por el cannabis y muerden las hojas; o incluso los cogollos, que en realidad pueden matarlos si comen grandes cantidades.
Puede que no pienses instintivamente en los perros como un enemigo de tu cannabis, pero son algunos de los peores que existen. Cuando no están bien entrenados, pueden usar el suelo también como baño. Pero sobre todo, les gusta pisotear las hojas y los tallos. El gran riesgo es si cava demasiado cerca de las plantas y rompe las raíces. Para colmo, a los perros también les gusta mucho el sabor del cannabis.
Detección: huellas en el suelo, el olor de las heces o la orina; también pueden distinguirse tallos y hojas doblados.
Prevención: mantén a tu perro alejado de las plantas y todo debería ir bien. Una buena solución es construir una valla resistente (es posible que las cortas no funcionen para los gatos, pero pueden ser efectivas contra tu perro). También puedes usar repelentes picantes.
Los roedores prefieren la basura humana, pero tampoco tienen problemas para alimentarse de marihuana. Pero la razón principal por la que molestan a las plantas es que tienen la necesidad de morder constantemente algo. Además, pueden estresar la planta o romperla cuando es joven. Y si se dejan, pueden multiplicarse rápidamente, lo que hace que sea aún más difícil lidiar con ellos.
Los ciervos se alimentan mucho, pero son selectivos en cuanto a qué plantas comer: les gusta consumir solo las que son más nutritivas y no emiten olores fuertes. Sin embargo, cuando no les quede nada más, no dejarán ninguna planta sin tocar. Peor aún, como a los ciervos les gusta explorar en busca de comida, puede parecerles poco las hojas y optar por los cogollos. Además, su tamaño significa que pueden derribar tus plantas y romperlas.
Los topos no causan daños directos a tus plantas, ya que se alimentan de insectos. Sin embargo, sus excavaciones pueden hacer que las plantas pierdan el agarre al suelo, quedando vulnerables a la baja absorción de nutrientes y agua. Al igual que los topos, las tuzas, marmotas, perritos de las praderas o ardillas terrestres son excavadoras de túneles, pero en lugar de solo buscar comida, son herbívoros y les gusta darse un festín con las raíces de las plantas. Incluso succionarán una planta entera hacia sus túneles de una sola vez.
Tus amigos emplumados son una bendición para un cultivo de cannabis, ya que comen todo tipo de plagas en la marihuana, incluidas orugas, caracoles y babosas. Sin embargo, también les encanta comer semillas, por lo que pueden desenterrarlas antes de que germinen. También les gusta posarse en las ramas; y si las plantas no son lo suficientemente fuertes, es posible que puedan romper ramas o directamente estresarlas.
Los conejos son visitantes frecuentes de un cultivo de exterior y les encanta darse un festín con las raíces de las plantas. Cuando están sobre el suelo, suelen pisotear o comerse las hojas. Por lo tanto, pueden hacer el doble de daño. Además, si no se controlan, pueden multiplicarse rápidamente.
Los zorros son conocidos por sus frecuentes ataques al ganado, pero también pueden causar problemas a los cultivos de cannabis, al pisotear las plantas. Además, pueden desenterrar plantas recién plantadas, ya que se sienten atraídos por las fertilizadas con estiércol, sangre seca o harina de huesos.
El principal peligro es que, al contrario que otras especies que solo mordisquean el follaje, estos gasterópodos son capaces de devorar hojas y flores completas, hasta saciar su apetito. Que se coman un par de hojas no es un problema grave, pero si se les permite establecerse durante mucho tiempo, pueden causar un daño enorme a las plantas.