Cuando hablamos de Europa y marihuana, solemos pensar en los Países Bajos, Ámsterdam y sus coffeeshops. Sin embargo, el cannabis no es del todo legal en ese país. La posesión, la venta y su uso recreativo son tolerados pero son técnicamente ilegales.
Otros países como Alemania, Portugal y España han ido por la vía de la despenalización (en distintos niveles). Pero Luxemburgo es el país de la UE con la mayor voluntad de cambio.
Este pequeño país de unos 614.000 habitantes hará historia cannábica en los próximos 2 años.
El cannabis está despenalizado en Luxemburgo desde 2001. En 2018 se aprobó una prueba piloto de cannabis médico. Se legalizó el CBD.
El CBD es una sustancia no psicoactiva presente en el cannabis, usada con fines médicos en Uruguay, Canadá, algunos estados de Estados Unidos y en otros países y regiones donde el cannabis medicinal está regulado.
El CBD está disponible sin receta médica, aunque los alimentos que contengan esta sustancia no son legales todavía. La razón detrás de esta prohibición es la falta de una legislación europea al respecto.
Según el gobierno de Luxemburgo, el CBD es una sustancia legal porque no es dañina, no es psicoactiva ni adictiva.
En las elecciones de 2018, el primer ministro liberal Xavier Bettel prometió ir más allá y en 2019 Luxemburgo anunció un plan de dos años para legalizar también la marihuana recreativa. La pandemia del COVID-19 ha retrasado estos planes, inevitablemente.
En febrero de 2020, la emisora de radio 100.7 desveló el proyecto de ley. En breve se abrirían 14 puntos de venta de cannabis. Los residentes de Luxemburgo mayores de 18 años podrían comprar hasta 30 gramos por persona al mes. Y para evitar hacerlo a la holandesa (donde los turistas pueden comprar cannabis), la marihuana recreativa sería solamente accesible para los residentes.
Un factor de preocupación en la legalización de la marihuana recreativa es la posible prohibición de su uso en público. La idea de los coffeeshops holandeses -sin los turistas- podría ser una solución.
Aunque el uso recreativo del cannabis esté despenalizado, su producción, venta y compra todavía son ilegales.
Para poder acceder a un tratamiento con cannabis medicinal, la ley requiere que el paciente tenga una enfermedad severa o una enfermedad que reduzca la calidad de vida significativamente.
Las patologías nombradas a continuación pueden beneficiarse del cannabis medicinal:
Al principio, una cuarta parte de los trabajadores sanitarios fueron autorizados para prescribir cannabis como analgésico. Actualmente cualquier sanitario con una formación determinada puede recetar la droga. El cannabis se puede adquirir con receta en farmacias de hospital.
La prueba piloto se ha retrasado debido a la pandemia del COVID-19, pero sigue sobre la mesa.
La ministra de sanidad Paulette Lenert, declaró en septiembre de 2020 que la legalización del cannabis medicinal ha demostrado que había demanda (enlace en francés). Según ella, esta demanda sigue creciendo.
Las cifras lo corroboran: en septiembre de 2020 había más pacientes tratados con cannabis que en todo 2019.
Lenert no da más detalles sobre una potencial producción de cannabis en Luxemburgo. Todo el cannabis medicinal recetado en Luxemburgo es importado de Canadá. En la Unión Europea, solamente Alemania y Austria cuentan con una agencia de cannabis.
Había un plazo de dos años para legalizar la marihuana pero la ministra añadió (enlace en francés): “No hay un plazo exacto para la entrada en vigor de la legalización. La prioridad es más bien que el gobierno se tome el tiempo necesario para llevar a cabo esta empresa de manera adecuada y tranquila”.
Algunos diputados han propuesto añadir otras enfermedades (como el VIH) para ser candidatas al tratamiento con cannabis.