En 2017 se legalizó el cannabis medicinal en México. El 10 de marzo de 2021, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que convertiría a México en el mayor mercado en cuanto a población (129.000.000 habitantes). México podría unirse a Uruguay y Canadá y convertirse en el tercer país en legalizar completamente el cannabis.
La marihuana medicinal sería regulada por separado por la Secretaría de Salud.
De ser aprobado por el Senado, este proyecto de ley legalizaría la marihuana recreativa. Permitiría a pequeños y grandes cultivadores producir y vender la droga con licencias. Indígenas y pequeños agricultores tendrían prioridad en la concesión de licencias.
Se permitiría la posesión de hasta 28 gramos. Los pequeños cultivadores podrían tener hasta 6 plantas por hogar. Habría clubs de cannabis regulados con un máximo de 20 miembros, 4 plantas por persona permitidas y un máximo de 50 plantas en total dentro del mismo grupo.
Las empresas que vendieran cannabis recreativo tendrían que seguir unas normas de envasado específicas: las etiquetas bien claras anunciando que la mercancía sólo se vendería dentro de las fronteras de México. También debería haber advertencias sanitarias como las de los paquetes de tabaco. Esos paquetes también deberían ser a prueba de niños.
La actual industria mexicana del cannabis podría tener un valor de unos 3.200 millones de dólares anuales. ¿Podría el cannabis ser el revulsivo financiero para la economía mexicana tras la crisis del COVID-19?
Dos opiniones contrapuestas: Erick Ponce, presidente del Grupo Promotor de la Industria del Cannabis, dijo que la industria del cannabis “finalmente va a generar ingresos en términos de empleo, en términos de la economía local, en términos de impuestos”.
Sin embargo, el economista de la Universidad de Harvard Jeffrey Miron dijo que “es difícil ver efectos amplios y obvios en la economía mexicana. Se verá un pequeño repunte en el PIB medido, pero la gente que afirma que será un gran impulso para la economía a través de la legalización, no creo que tenga ningún sentido”.
Por desgracia, no. Con el creciente número de estados de los EE.UU. legalizando el cannabis, este se ha convertido en una insignificante parte del negocio del tráfico mexicano. Los cárteles se están centrando en drogas mucho más rentables. Los cárteles de la droga mexicanos son los principales proveedores de cocaína, heroína, fentanilo, metanfetamina y otros estupefacientes ilícitos a los Estados Unidos. La heroína y la metanfetamina se producen en México, mientras que la cocaína es transportada desde Colombia por organizaciones criminales mexicanas. La cantidad de fentanilo incautado por las autoridades casi se quintuplicó entre 2019 y 2020.
Por eso, los expertos en seguridad coinciden en que el impacto de este nuevo proyecto de ley en la violencia relacionada con el narcotráfico sería mínimo. Por ejemplo, el secuestro o la extorsión no requieren de la logística del narcotráfico. Esta malvada desviación del negocio mantiene a los cárteles en funcionamiento y a las guerras del narcotráfico.