La ley, que fue aprobada ayer por 36 votos contra 27, permite a los adultos en Malta poseer hasta 7 gramos de cannabis y crecer hasta 4 plantas. Además, permite que asociaciones sin fines de lucro de hasta 500 personas cultiven la planta para sus miembros.
Sin embargo, el consumo público de cannabis y el consumo frente a un niño siguen siendo ilegales y punibles. Y los adultos en posesión de más de 7 gramos, y hasta 28 gramos de cannabis, se enfrentan a un tribunal en lugar de un tribunal, y una multa máxima de 100 euros.
El ministro de Igualdad, Owen Bonnici, quien promovió este proyecto de ley, dijo que este movimiento “histórico” proporciona “una forma segura y regularizada” de obtener cannabis, y que facilitará el sistema de justicia penal al “detenerse a tratar a las personas que no son delincuentes como delincuentes”.
Por otro lado, la iglesia y las asociaciones médicas, y el Partido Nacionalista de la oposición se opusieron al proyecto de ley, diciendo que conduciría a “la normalización y el aumento del uso indebido de drogas”.
El Estado miembro más pequeño de la UE y uno de los países más conservadores de Europa está dando ejemplo y mostrando a los países “liberales” cómo se hace. Hace 10 años, Malta era “el único país de Europa, además de la Ciudad del Vaticano, que no permitía el divorcio”. Diez años después, es el país más amigable con el LGBTQ en la UE, y acaba de convertirse en un líder en la regulación del cannabis.