Si eres cultivador o consumidor de cannabis, probablemente conoces muchos tipos diferentes de plantas de marihuana donde elegir, la mayoría de ellas con nombres a cada cual más originales. Y sí, todas ellas son diferentes. Pero, ¿qué las hace distintas exactamente? ¿Y cuántas variedades de marihuana existen realmente?
La respuesta a esta pregunta no es tan simple como pueda pensarse, principalmente porque los criadores y cultivadores están continuamente experimentando y desarrollando nuevas cepas de marihuana, tanto recreativas como medicinales, que llegan al mercado cada año en mayor o menor medida.
Pero incluso estas nuevas variedades pueden desaparecer si no son bien recibidas por los usuarios; por lo tanto, podemos esperar que la cantidad de cepas de marihuana presentes en el mercado fluctúe cada año. Aun así, a pesar de no poder saber exactamente cuántas variedades distintas existen, nos podemos aproximar a una cifra bastante confiable, como veremos más adelante.
Los científicos usan la palabra cepa para referirse a diferentes plantas, animales y microorganismos con un mismo origen o los mismos padres. Por tanto, cuando hablamos de cepas de marihuana nos referimos a diferentes variedades de cannabis derivadas de una planta de marihuana original. Sin embargo, la palabra “cepas” generalmente se reserva para bacterias y virus, utilizándose los términos “razas” en animales y “variedades” en plantas.
La diferencia es principalmente semántica: en el mundo de la botánica, las diferentes variedades de plantas se llaman en realidad cultivares, no cepas. Cultivar es la abreviatura de “Cultivated Variety” en inglés, es decir: “variedad cultivada”, que significa un cultivo de plantas que ha sido seleccionado y ha recibido un nombre único porque tiene unas características deseables que las distinguen de las plantas similares de la misma especie.
Sin embargo, en el mundo del cannabis, la palabra cepa se popularizó en la década de 1980 y desde entonces ha quedado incrustada en la cultura popular; y la mayoría de los amantes de la marihuana todavía usan el término para describir distintas variedades de cannabis que tienen diferentes estructuras de crecimiento, rendimiento, terpenos, THC, efectos, aroma, sabor… entre otros muchos atributos.
Los nombres de las variedades son una de las muchas cosas interesantes de la cultura del cannabis. Y si estás familiarizado con ella, sabrás que pueden ser bastante coloridos, creativos, divertidos y hasta extraños. También sabes que existen cientos de estas denominaciones. Entonces, ¿cuántas variedades de cannabis diferentes hay?
Según los expertos en cannabis, existen al menos 779 variedades de cannabis conocidas en el mundo. Las diferentes cepas incluidas en esta lista son bastante populares y bien establecidas, ya que han existido lo suficiente como para ser reconocibles. Y la mayoría de ellas son nombres que probablemente puedas encontrar en los catálogos de los distintos bancos de semillas.
Por supuesto, este número también incluye un gran número de variedades de cannabis más oscuras y difíciles de encontrar. Pero de una forma u otra, las cerca de ochocientas variedades de cannabis diferentes conocidas han logrado cierto tipo de estabilidad y reconocimiento en la escena mundial de la marihuana.
Si bien es bueno tener un número sólido al que recurrir, la realidad es mucho más complicada. Y eso se debe principalmente a que aparecen y desaparecen nuevas variedades todo el tiempo.
Un cultivador profesional puede idear una nueva variedad y, para hacerla más comercial, le dará inmediatamente un nombre rimbombante. Y si llega a despegar, será reconocida como una nueva cepa legítima. Pero si falla en el mercado, podría desaparecer, aunque realmente seguiría existiendo como una variedad de cannabis única.
Pero más allá de eso, también está el hecho de que no existe ningún tipo de protocolo estandarizado para crear, nombrar o registrar una nueva variedad. Y debido a eso, simplemente no hay forma de saber cuántas variedades de marihuana existen en realidad.
Cuando un cultivador quiere crear una nueva línea genética, cruza una planta de cannabis macho de una variedad con una planta de cannabis hembra de otra variedad. Y el resultado final es una nueva planta con una composición genética que incluye elementos de ambas plantas progenitoras. Y dependiendo de lo que un cultivador cruce, el resultado final podría ser una índica, una sativa o algún tipo de híbrido.
Pero al final todas las variedades de cannabis derivan de la misma familia de plantas, la familia Cannabaceae, de la que también forma parte, por ejemplo, el lúpulo. La mayoría de los expertos consideran que Cannabis indica y Cannabis sativa son las dos especies principales, al igual que consideran a Cannabis Ruderalis como una tercera especie que es necesario tener en cuenta.
Así, ‘índica’ y ‘sativa’ fueron términos que se utilizaron en un principio para distinguir entre las variedades de cannabis en función de su lugar de origen y estaban destinados a distinguir el aspecto de la planta. Por ejemplo, en Oriente Medio y Asia Central, las variedades de marihuana tienen hojas grandes y anchas. Las diferencias en el tamaño de las hojas muestran la variación en la consistencia y la fuerza de la luz solar. Las áreas con luz solar más débil en función de la latitud suelen tener plantas de cannabis con hojas más grandes, para que puedan absorber la mayor cantidad de luz solar posible.
Por otro lado, hay partes de nuestro planeta donde el clima es tropical y las plantas de marihuana tienen hojas más pequeñas y finas para enfrentarse mejor a las temperaturas elevadas y la humedad de estas regiones, produciendo cogollos más ligeros y esponjosos, menos susceptibles al moho y a la pudrición.
Pero en algún momento, la cultura popular comenzó a establecer distinciones en los efectos del consumo de índica frente a sativa, a pesar de que no hay evidencia de ello. Así que vamos a analizar la diferencia entre ambos tipos de plantas:
En la cultura popular, se cree que las variedades sativas son más energizantes que somnolientas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, los efectos que produce una determinada planta dependen muy poco de su condición de índica o sativa.
En cambio, la palabra sativa nos dice más sobre las características principales físicas: es más probable que sea una planta que produzca hojas estrechas, crezca alta y tenga un tiempo de floración prolongado.
De esta forma, tres de las variedades sativas más populares que puedes encontrar en el catálogo de Seedstockers son:
Popularmente también se cree que las variedades índicas son más somnolientas que energizantes. Sin embargo, esto es falso. Una variedad será más narcótica o hipnótica en base a la presencia de moléculas aromáticas sedantes, como las del mirceno, un terpeno de aroma almizclado. Y no es necesario que una cepa sea índica para producir mirceno, de la misma forma que no todas las variedades índicas presentan altos niveles de terpenos sedantes.
En cambio, la palabra índica describe con mayor precisión las características físicas de algunas plantas de cannabis, que tienden a ser más bajas, robustas y tienen hojas anchas. Estas plantas se adaptan mejor a los climas fríos y por eso tienen tiempos de floración más cortos.
Así, tres de las variedades índicas más populares del catálogo de Seedstockers son:
Las variedades híbridas son cruces entre padres índica y sativa conocidos. Pero, desde una perspectiva científica, la mayoría de las variedades de cannabis modernas son híbridos, ya que se han creado cruzando diferentes cepas en un proceso llamado hibridación.
Por lo tanto, es difícil enumerar con precisión variedades que entran en la categoría “híbridos”, pero desde luego es el tipo de planta más abundante. Desde la perspectiva de la cultura popular, algunas de las cepas híbridas más famosas que puedes encontrar en nuestro catálogo incluyen:
Cannabis ruderalis es el tercer tipo de especie de cannabis, pero definitivamente es de la que menos se habla. Se trata de una planta que crece extremadamente baja y, al igual que la especie índica, también tiene una estructura de hojas más densa, por lo que, en cierto modo, es como una versión extrema de una índica en apariencia.
De hecho, la genética ruderalis es a menudo conocida como “ditch weed”, una hierba que crece en los márgenes de las carreteras y proviene de regiones de Siberia en las que el cannabis se adaptó al clima frío y a diferentes duraciones del día y la noche, con los recursos mínimos disponibles. Como resultado, esta planta de cannabis es increíblemente resistente y no fotoperiódica, lo que significa que florece después de unas 4 o 5 semanas de crecimiento vegetativo, independientemente de la cantidad de luz que reciba.
Principalmente, la razón por la que se habla tan poco de ella es que normalmente se utiliza para cruzarla con otras especies de cannabis para producir ciertos efectos específicos. Por ejemplo, al cruzar ruderalis con genéticas de cannabis modernas, obtenemos una genética fácil de cultivar que no depende del fotoperíodo, lo que ha permitido el desarrollo de un nuevo mundo de variedades autoflorecientes que actualmente completan el amplio mercado de las semillas de marihuana. Y de las cuales no debes dejar de probar estos ejemplos presentes en nuestro catálogo: