El uso de comestibles de cannabis es una forma realmente maravillosa de consumir cannabis sin combustión y sin fumar.
La ciencia de los comestibles ha recorrido un camino increíblemente largo en los últimos años con todo tipo de innovaciones en forma de bebidas de THC, pasteles, pizzas, piruletas, ositos de goma, tabletas efervescentes, batidos de frutas y batidos de leche, caramelos de menta y caramelos duros… ¡la lista es interminable! Prácticamente cualquier cosa que se te ocurra de comer o beber, ya han descubierto cómo ponerle cannabis.
Lo maravilloso de la mayoría de los procesos mediante los cuales se elaboran los comestibles de cannabis en instalaciones profesionales y comerciales, es que también pueden reproducirse en casa, en pequeños lotes.
La mejor manera de hacer comestibles es empezar con un concentrado comestible, que está preparado y puede ser mezclado en prácticamente cualquier receta. Una de las ventajas de este método es poder calcular con precisión las dosis y crear resultados uniformes y consistentes. Vamos a mostrarte exactamente cómo hacerlo.
Recuerda que cannabinoides como THC no son solubles en agua y no son fácilmente absorbidos por el cuerpo humano. Esto significa que no puedes simplemente comer cannabis y esperar que funcione. Si comes 100 mg de THC sin acompañarlo de nada más (forma de consumo), es probable que absorbas un máximo de unos 10 mg de THC. Al crear una infusión de cannabinoides con aceites y grasas, creamos una forma de consumo que puede llegar a una absorción casi total.
Mientras que tradicionalmente la mantequilla ha sido la forma de consumo común para hacer comestibles, hoy usaremos una manera mucho mejor y más potente que seguramente te dejará sin palabras y te dará el mayor subidón de THC por mg.
Recuerda también que el THCa es la forma más común de THC que se encuentra en las flores y en los concentrados caseros bien hechos. Este THCa debe ser convertido en THC eliminando 2 oxígenos y un carbono de la molécula de THCa. Esta eliminación del grupo carboxilo se puede realizar de forma práctica en casa, lo que permite obtener la mayor cantidad de THC, sin degradarse en exceso en CBN.
El dióxido de carbono formado por la descarboxilación puede observarse en concentrados ya infusionados en aceites, por la formación de burbujas de CO2 dentro de la solución cuando ésta se calienta a unos 240 oC. Cuando las burbujas se aceleran, el THCa se convierte rápidamente en THC. En el momento en que las burbujas comienzan a formarse más lentamente, es el punto en el que el THC se convierte en CBN más rápidamente que en lo que el THCa se convierte en THC.
Cuando hagas comestibles empieza con un concentrado con alto contenido en THCa. Ya sea comprando u obteniendo shatter o haciendo en casa una extracción de etanol de flores o lo que es el hachís tradicional. Si puedes conseguir destilado de THC, puedes saltarte el paso de descarboxilación por completo.
En el ejemplo de hoy utilizaremos la lecitina de soja líquida como manera en la que se distribuirá por tu cuerpo. Esta solución de fosfátidos bicapa encapsula los cannabinoides de forma que aumenta la absorción, pero también tiene el potencial de crear emulsiones de aceite en agua – por lo que funciona perfectamente para hacer ositos de goma. Prensado en frío, el aceite de coco será la forma secundaria como se distribuirá en tu cuerpo, en nuestra poderosa solución concentrada comestible.
Además, necesitarás un vaso de cristal de 100 ml o similar y una olla de acero inoxidable lo suficientemente grande para que el vaso que hemos dicho quepa en su interior. También necesitarás una varilla de vidrio para agitar y un aceite de cocina muy barato, como aceite de girasol u otro tipo de aceite vegetal, dependiendo de dónde vivas.
Por último, también necesitarás un termómetro capaz de medir la solución de lecitina/cannabinoides que vamos a hacer.
Una vez que la solución se haya enfriado por debajo de los 80ºC, puedes añadir con seguridad los 10 g de lecitina líquida y, una vez mezclados, puedes utilizar este concentrado comestible para consumirlo solo, mezclarlo en cualquier receta de galletas, añadir unas gotas a un batido o casi cualquier otro alimento que puedas imaginar.
En este caso, acabamos con unos 40 ml de concentrado de cannabis comestible con una potencia de algo menos de 175 mg de THC por cada ml. Esta cifra supone que el concentrado con el que empezamos contenía un 80% de THC para empezar.
Los principiantes deberían empezar con 5 mg por dosis, pero algunos usuarios descubren que cada vez disfrutan de hasta 100 mg. 20-30 mg parece ser una media cómoda para la mayoría de los consumidores habituales de cannabis.