Tailandia toma la delantera en el sudeste asiático y añade cuatro variedades de cannabis a su lista de Patrimonio Nacional a finales de agosto. El sudeste asiático ha sido históricamente duro con el consumo y el tráfico de drogas. Países como la misma Tailandia, Vietnam, Malasia, Indonesia, Singapur o las Filipinas han castigado con décadas de cárcel o la pena de muerte los delitos de drogas.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Vamos a estudiar bien esta propuesta tan progresista.
Tailandia tiene una innegable tradición de uso del cannabis para aliviar el dolor y la fatiga. El cannabis se ha utilizado a lo largo de los siglos como medicina tradicional, en recetas y en ungüentos. Una cepa sativa es conocida en todo el mundo: Thai. Esta cepa se conoce comúnmente como “Thai Stick” debido a los cogollos-puro con el mismo nombre.
Sin embargo, las cuatro cepas que van a entrar en el Patrimonio Nacional de Tailandia son:
El Instituto de Investigación de Plantas Medicinales, perteneciente al Departamento Nacional de Ciencias Médicas, las ha cultivado en invernaderos.
Hay dos objetivos principales. El primero es crear una oportunidad económica para los agricultores y el turismo como en Marruecos.
El segundo objetivo es fomentar la investigación médica. El Ministro de Salud Pública, Anutin Charnvirakul, quiere promover el estudio de estas cuatro cepas para el desarrollo de un tratamiento para los daños pulmonares causados por el COVID-19. El Departamento de Ciencias Médicas descubrió que las raíces de cannabis tienen propiedades curativas que podrían ayudar a restaurar la función pulmonar.
Después de siglos de un uso medicinal tradicional del cannabis, en 1979 se promulgó la Ley de Estupefacientes que prohibía el consumo de cannabis e incluía tanto la marihuana como el cáñamo como sustancias prohibidas.
En 2017 se despenalizó el cáñamo en un proyecto piloto de la Junta Nacional de Estupefacientes.
En 2018 la Asamblea Nacional legalizó la producción, la importación, la exportación, la posesión y el uso del cannabis medicinal.
En 2019 el cannabis y los extractos de cáñamo fueron eliminados por completo de la Ley de Estupefacientes.
En 2020 se eliminaron casi todas las partes de la planta de cannabis de los estatutos penales. Las excepciones son, por ejemplo, las semillas de marihuana.
En 2021, el ministro de Salud Pública, Anutin Charnvirakul, anunció que se podrían cultivar hasta seis plantas de cannabis por familia, para ayudar así a potenciar sus ingresos económicos. Esta medida promueve el cannabis no psicoactivo (menos de un 0,2% de THC y altas en CBD) y la producción de cannabis con fines médicos.
Desde 2018, profesionales de la salud tradicionales y modernos están autorizados a recetar cannabis medicinal en Tailandia. Además, existen cuatro tipos de medicamentos que contienen THC y CBD para tratar la migraña, el insomnio, el dolor de cuello y la rigidez muscular. El cannabis está volviendo a la antigua tradición de utilizar la planta para tratar algunos problemas de salud.
El cannabis se ha utilizado a lo largo de los siglos como medicina tradicional, en recetas y en ungüentos.
Tailandia está viviendo una “fiebre del oro verde”, una nueva y creciente fiebre por el cannabis. El cannabis se encuentra no solamente en hospitales y clínicas, sino también en cosméticos y en alimentos. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que el consumo recreativo de cannabis sea aceptado y generalizado. El motivo son los efectos psicoactivos de la planta, que aún no están totalmente legalizados. Los niveles de THC se controlan de manera estricta y se mantienen por debajo del 0,2%. La monetización de los beneficios terapéuticos de la planta es una prioridad en 2021. ¡Fumar marihuana en Tailandia es una mala idea!
La variedad de cannabis Thai Stick. Esta cepa se conoce comúnmente como “Thai Stick” debido a los cogollos-puro con el mismo nombre.
Esperamos que la decisión de incluir estas cuatro cepas dentro del Patrimonio Nacional de Tailandia mejore la competitividad económica del país. Según el ex ministro de Comercio, Sontirat Sontrijirawonghas, “la marihuana es el futuro cultivo comercial de Tailandia”. Y, de hecho, el comercio de cannabis en Tailandia podría aportar hasta 661 millones de dólares en 2024, según el Asia Cannabis Report.
Además, la despenalización y la legalización están impulsando más investigación y desarrollo de la marihuana medicinal. Esto podría inspirar a otros países del sudeste asiático a suavizar sus políticas en cuanto al cannabis. Tomemos el ejemplo preocupante de las prisiones malayas, que están superpobladas con hasta un 55% de presos condenados solamente por consumo de drogas.
Sea una decisión política para ganar popularidad o un nuevo modelo de negocio nacional, apostar por la investigación sobre el cannabis medicinal parece un paso adelante durante la pandemia de COVID-19.