El lavado de raíces es una técnica sencilla que muchos cultivadores utilizan para mejorar la calidad de sus cosechas, sobre todo en lo que se refiere al sabor y aroma de los cogollos de marihuana. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este método, cómo hacerlo y qué beneficios aporta.
Cada vez que riegas tus plantas de cannabis con fertilizante, parte de este es absorbido a través de las raíces y parte permanece en el sustrato. El lavado de raíces se hace con el fin de eliminar esta acumulación de sales y nutrientes en el suelo y puede hacerse en mitad del cultivo (en ocasiones), o hacia el final del ciclo justo antes de cortar las plantas (se recomienda siempre). Analicemos para qué sirve cada uno:
En realidad el lavado de raíces es un proceso sencillo, solo deberás regar tus plantas con agua solamente hasta hacer que esta drene por debajo de la maceta de manera abundante. Algunos cultivadores realizan este proceso en la bañera pues el agua sobrante es mucha y de este modo resulta más práctico. Para realizar un lavado de raíces correctamente hay una serie de factores que debes tener en cuenta:
Una vez tengas los valores de temperatura y PH ajustados, solo tienes que inundar el sustrato y esperar a que drene por debajo de la maceta. Al principio, observarás que el agua drenada sale sucia, repite el proceso hasta que notes que el agua saliente se va aclarando y sale limpia. La idea, como hemos comentado más arriba, es eliminar del suelo el exceso de nutrientes.
Si bien es cierto que el lavado de raíces puede hacerse con agua sola, también existen productos en el mercado diseñados específicamente para facilitar el proceso de lavado de raíces. Si tienes un caso muy grave de sobrefertilización, siempre puedes echar mano de este tipo de productos para potenciar el proceso de lavado.
Hacer un lavado de raíces en exterior puede resultar un poco más complicado que en interior dado que las plantas suelen estar o bien en macetas muy grandes, o bien en suelo directo. De todos modos, el método no cambia demasiado, lo único que deberás añadir al proceso en este caso es paciencia, pues una cantidad de sustrato mayor implicará que deberás dedicar más tiempo al lavado de cada planta.
Si tus plantas de marihuana en exterior están en macetas muy grandes o en el suelo directo, solo tienes que regar poco a poco para que la tierra absorba bien el agua durante unos 15 minutos aproximadamente. Para ello, será recomendable que utilices una manguera de riego, preferiblemente una a la que puedas ajustar la cantidad de agua que emana fácilmente.
En los cultivos de interior el proceso de lavado de raíces se suele hacer en la bañera, como hemos mencionado más arriba, ya que las plantas están en macetas más pequeñas y por tanto son más fáciles de mover. La cantidad aproximada de agua que debes proporcionar a cada planta para hacer un correcto lavado de raíces es tres veces los litros de su maceta, es decir, si tus plantas de cannabis están en macetas de 5 litros, deberás regar cada una con 15 litros de agua sola.
Sin embargo, esto es una aproximación, ya que lo importante es medir que efectivamente el agua drenada eventualmente sale limpia, pues eso indica que el lavado se ha hecho correctamente. Para medir más exactamente esto, puedes utilizar un medidor TDS, que analiza el peso de minerales, sales o metales disueltos en el agua. Con él podrás saber la cantidad de sales que se encuentran en el agua drenada de tus plantas cuando empieces el lavado de raíces (seguramente será alto, por encima de 1000 ppm), e ir midiendo el agua hasta que esta alcance unos valores aproximados a 50 ppm.
No tengas prisa a la hora de aplicar el agua a tus plantas, es mejor hacerlo de forma lenta y gradual para que el sustrato pueda absorberla bien. Por ello, muchos cultivadores utilizan el cabezal de la ducha y lo ponen en modo “lluvia”, de esta manera el agua se aplica de forma suave y gradual. Sin embargo, si vas a utilizar este método, asegúrate antes de que el PH del agua que sale de tu grifo está entre 6,5 y 7; y la temperatura entre 20 y 22 grados.
Hacer un lavado de raíces si tu cultivo es un sistema hidropónico o incluso aeropónico resulta todavía más sencillo. Lo único que tendrás que hacer es seguir estos sencillos pasos:
De este modo las plantas solamente recibirán agua en el último periodo del ciclo y no tendrán acceso a ningún nutriente, con lo que el lavado de raíces surtirá el mismo efecto que con los métodos anteriormente mencionados.
Si durante tu cultivo de cannabis has utilizado fertilizantes minerales, lo aconsejable es que hagas el lavado de raíces unos 15 días antes de cortar tus plantas. De este modo les darás tiempo a eliminar los restos del abono que permanece en su sistema y mejorarás el sabor de las flores. Además, debes tener en cuenta que después del lavado de raíces el sustrato quedará encharcado durante más tiempo que con un riego normal, por ello, debes asegurarte de que el sustrato se seca adecuadamente antes de cosechar tus plantas para que el proceso de cómo secar marihuana sea correcto.