Mayoritariamente, la motivación escondida detrás del cultivo de cannabis es la de producir los cogollos más potentes y bonitos posibles. Una planta sana, bien madurada y con una genética sólida, a menudo producirá grandes cantidades de cannabinoides, hasta un 20% en peso o incluso más.
Ya históricamente, el THC ha sido el cannabinoide más escogido por la mayoría de consumidores. Hoy en día, hay cada vez más interés en otros cannabinoides como CBG y CBD, sobretodo por las oportunidades comerciales legales que presentan a los posibles cultivadores ilegales.
Lo primero y lo más importante es saber que la producción de un u otro cannabinoide en una planta de cannabis depende altamente de su genética. Las características genéticas especificas de cualquier variedad serán las que decidirán si una planta producirá THCa, CBDa, THCVa, CBDVa, etc, una vez haya completado todo el ciclo de floración y maduración.
Un tipo o variedad que no tiene la secuencia genética para producir CBDa, no producirá CBDa. Igualmente, sin una secuencia genética para producir THCa, la planta no producirá THCa. Con esto podemos ver qué el tipo de semilla y genética que decidas cultivar es el factor primario relacionado con qué cannabinoides serán producidos. La mayoría de genética cannábica no es blanca o negra, aún así, la gran mayoría de variedades que producen altos niveles de CBGa o CBDa, todavía producen unas cantidades de THCa.
Los cultivadores que cultivan genética de cannabis con CBD o CBG para con fines comerciales, deben tener mucho cuidado que los niveles de THC de sus plantas de cannabis no superen la cantidad límite de algunos países (0,5% en algunos países, 1% en otros). Variedades de cannabis que han seguido un breeding para poder tener estas calificaciones, aún puede que excedan estos límites legales si la variedad se ha cultivado en unas condiciones específicas.
Durante el periodo de floración, el cannabis empieza una ruta muy complicada de biosíntesis en la cual primero se crea CBG y después este CBG es usado para sintetizar THCa y CBDa, entre otras formas ácidas de cannabinoides.
Según la experiencia de Enzo, el propietario de una línea de interior de Italia, el momento justo cuando la planta biosintetiza CBD comparado con THC, o el índice en el que cada una de estas rutas sucede, puede variar considerablemente.
Esto significa que, en la cuarta semana de floración, es posible que el CBG ya haya comenzado a sintetizarse en THC sin haber comenzado la vía de síntesis de CBD; Si se hiciera un análisis en ese momento, la cantidad de THC en la planta podría exceder los límites legales, incluso en una genética con alto contenido de CBD y baja producción de THC.
Una planta de cannabis completamente madurada i bien cultivada seguramente no tendrá mucha cantidad de cannabinoide CBG. Esto es debido a qué el CBG es un solo paso más en la biosíntesis de otros cannabinoides.
Hasta hace poco, para poder producir cantidades considerables o notables de CBG, ¡los cultivadores eran forzados a cosechar sus plantas antes de que estuvieran listas! Cortando las plantas más pronto, podemos interrumpir la biosíntesis de los cannabinoides tardanos, congelando prácticamente el proceso en su totalidad, pero esto, tal y como hemos mencionado antes, puede resultar en una ruleta rusa en lo que al momento justo se refiere.
Empresas consolidadas como Seedstockers trabajan conjuntamente con breeders que han conseguido inhibir funcionalmente la mayor parte de la síntesis de THC o CBD que ocurre después de la producción de CBG para así poder maximizar la producción de CBG. Como pasa con la genética con alto CBD, aún hay cantidades de THC presentes y estas cantidades puede que excedan los límites locales si no se intenta de evitar a tiempo.
Los dos principales parámetros que tendrán consecuencias en la cantidad de THC que se produce en cannabis, también en variedades con alto CBD o CBG, son: intensidad de luz y disponibilidad de fósforo y potasio.
Según Emilio, consultor técnico de cannabis en la empresa de fertilizantes BioTabs, cuando se cultivan genéticas de cannabis bajas en THC hay un trabajo meticuloso que se debe llevar a cabo en relación con la intensidad de la luz y la disponibilidad de nutrientes; así evitaremos el aumento de los niveles de THC a cantidades superiores a las legales. Esto es especialmente cierto en regiones como España o Italia en los que los cultivadores tienen un sol muy potente e intenso durante muchas horas al día.
Emilio recomienda que en estas regiones se cubra el cultivo con filtros de luz para así minimizar la producción de THCa de la planta.
Cuando buscamos cultivar las flores más bonitas y ricas en THC, debemos dar a las plantas una gran cantidad de potasio y fósforo durante el ciclo de floración para así crear grandes flores.
En el caso de cultivo de cannabis con CBD y CBG, este tipo de proceso a menudo no es necesario ya no queremos THC.
Emilio nos comenta que para que el cannabis madure propiamente, son muy importantes los nutrientes como el nitrógeno, pequeñas cantidades de potasio y micronutrientes como hierro y calcio. Sin embargo, si añadimos fósforo y/o demasiado potasio, especialmente en regiones con sol intenso, puede que sea contraproducente y que aumente los niveles de THC más de lo que queremos o está legalmente permitido.
Los tallos son los que contienen la menor cantidad de THC y de otros cannabinoides mientras que las hojas tendrán un poco más. El fruto y la flor son los que contienen la mayor cantidad de THC.
Durante los procesos de extracción, muchos técnicos usarán varias técnicas para aislar y eliminar el THCa y el THC del concentrado final. Esto aumenta la pureza del CBD y de otros cannabinoides que buscamos y hace que sea un concentrado legal en la mayoría de países.
Después de la separación, se produce un concentrado con alta pureza de THC que debe ser considerado desecho y que debemos destruir ya que no hay salida legal para su distribución.